Las elites globales (por ejemplo, instituciones internacionales financieras, capitalistas globales o la burocracia y clientes de la administración del Estado) presentan al neoliberalismo como el salvador de los problemas del Tercer Mundo. Países que prestan oído a los consejos de esos líderes globales han sido nombrados “mercados emergentes” y pronto llegan a ser receptores de inversión extranjera. Este trabajo se basa en una gran cantidad de fuentes escritas que describen la experiencia internacional y demuestran que este tipo de desarrollo es inherentemente inconstante y se encuentra condicionado a los intereses de las elites de los países del norte por lo que tienen una baja posibilidad de alcanzar un desarrollo social sostenido. Cuando un país gana el título de mercado emergente, es sinónimo de oportunidades para inversionistas que buscan ganancias rápidas. El problema mayor es que esas ganancias rápidas se logran a expensas de la calidad de vida de las personas. Nuestra conclusión es que el discurso neoliberal, como el de los mercados emergentes, necesita ser confrontado si se quiere dar una oportunidad a caminos alternativos de desarrollo.